«¿Alguna vez has clamado a Dios en busca de ayuda y consuelo? El Salmo 28 es una oración de David en la que pide la protección de Dios y alaba Su fidelidad. Este salmo nos recuerda que podemos acudir a Dios en momentos de angustia, sabiendo que Él es nuestro escudo y fuerza. Acompáñame mientras descubrimos cómo confiar en la ayuda y protección de Dios.»
Versículo 1:
«A ti clamaré, oh Jehová; roca mía, no te desentiendas de mí, para que no sea yo, dejándome tú, semejante a los que descienden al sepulcro.»
Explicación:
David clama a Dios, pidiéndole que no lo abandone en su momento de necesidad. Nos enseña que Dios es nuestra “roca” y que sin Su ayuda estaríamos perdidos y sin esperanza.
Versículo 2:
«Oye la voz de mis ruegos cuando clamo a ti, cuando alzo mis manos hacia tu santo templo.»
Explicación:
David ruega a Dios que escuche sus oraciones, alzando sus manos en señal de súplica. Este versículo nos recuerda que podemos orar con fe, confiando en que Dios escucha nuestras peticiones sinceras.
Versículo 3:
«No me arrebates juntamente con los malos, y con los que hacen iniquidad, los cuales hablan paz con sus prójimos, pero la maldad está en su corazón.»
Explicación:
David pide a Dios que no lo trate como a los malvados y engañadores, que hablan de paz pero tienen maldad en su corazón. Nos enseña que Dios conoce nuestro corazón y que debemos vivir con sinceridad y rectitud.
Versículo 4:
«Dales conforme a su obra, y conforme a la perversidad de sus hechos; dales su merecido conforme a la obra de sus manos.»
Explicación:
David pide justicia, que los malvados reciban lo que merecen. Nos enseña que podemos confiar en que Dios hará justicia, recompensando a cada uno según sus obras.
Versículo 5:
«Porque no atendieron a los hechos de Jehová, ni a la obra de sus manos; él los derribará, y no los edificará.»
Explicación:
David afirma que los malvados ignoran las obras de Dios, y por eso enfrentarán las consecuencias de su desobediencia. Nos recuerda que reconocer y respetar la obra de Dios es fundamental para vivir en Su gracia.
Versículo 6:
«Bendito sea Jehová, que oyó la voz de mis ruegos.»
Explicación:
David alaba a Dios porque escuchó su oración. Este versículo nos enseña a agradecer a Dios y a confiar en que Él escucha nuestras súplicas y responde a nuestro clamor.
Versículo 7:
«Jehová es mi fortaleza y mi escudo; en él confió mi corazón, y fui ayudado, por lo que se gozó mi corazón, y con mi cántico le alabaré.»
Explicación:
David declara que Dios es su fuerza y protección, y que gracias a Él recibió ayuda. Nos muestra que podemos confiar plenamente en Dios y alabarlo con alegría por Su fidelidad y amor.
Versículo 8:
«Jehová es la fortaleza de su pueblo, y el refugio salvador de su ungido.»
Explicación:
David describe a Dios como la fuerza y protección de Su pueblo, especialmente de Su ungido. Este versículo nos recuerda que Dios protege a todos los que le pertenecen, siendo Su refugio y salvación.
Versículo 9:
«Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad; y pastoréales y susténtales para siempre.»
Explicación:
David concluye pidiendo a Dios que salve y bendiga a Su pueblo, guiándolos y sosteniéndolos siempre. Nos enseña que podemos pedir a Dios que guíe y bendiga a Su pueblo, sabiendo que Él es nuestro Pastor eterno.
Oración del salmo:
«Señor, en Ti confío y a Ti clamo, mi Roca y mi fortaleza. No me desampares, porque sin Ti estaría perdido. Escucha mis ruegos y acércate a mí en mi momento de necesidad. Protégeme de quienes hacen el mal, y dame fuerza para vivir con integridad. Te doy gracias, porque has escuchado mi clamor y has sido mi ayuda en los momentos difíciles. Mi corazón se llena de gozo y gratitud, y con cánticos te alabo. Gracias, Dios, por ser mi escudo y mi refugio. Salva y bendice a Tu pueblo, Señor; guíanos como nuestro Pastor y sostennos con Tu amor eterno. En el nombre de Jesús, amén.»