Salmo 10: Confianza en Dios ante la Injusticia y la Opresión

Salmo 10: Confianza en Dios ante la Injusticia y la Opresión

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«¿Alguna vez te has preguntado por qué parece que los malvados prosperan sin consecuencias? En el Salmo 10, David expresa esa misma preocupación, pero también nos recuerda que Dios ve todo y actúa en Su tiempo. Quédate hasta el final para descubrir cómo este salmo nos anima a confiar en la justicia divina, incluso cuando parece que el mal prevalece.»


Salmo 10 con explicaciones:

Versículo 1:

«¿Por qué estás lejos, oh Jehová, y te escondes en el tiempo de la tribulación?»

David comienza el salmo cuestionando por qué Dios parece distante en tiempos difíciles. Este versículo refleja el sentimiento que muchos de nosotros tenemos cuando enfrentamos pruebas y sentimos que Dios está lejos.


Versículo 2:

«Con arrogancia el malo persigue al pobre; serán atrapados en los artificios que han ideado.»

Aquí, David describe cómo los malvados oprimen a los pobres con orgullo y maldad. Sin embargo, también asegura que esos malvados eventualmente serán atrapados por sus propios engaños.


Versículo 3:

«Porque el malo se jacta del deseo de su alma, bendice al codicioso, y desprecia a Jehová.»

David observa que los malvados se glorían de sus deseos egoístas y no muestran respeto por Dios. Este versículo nos recuerda que la arrogancia y la codicia alejan a las personas de Dios.


Versículo 4:

«El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; no hay Dios en ninguno de sus pensamientos.»

Los malvados no buscan a Dios porque están llenos de orgullo. Ellos viven como si Dios no existiera, lo que nos enseña que el orgullo es un obstáculo para acercarnos a Dios.


Versículo 5:

«Sus caminos son torcidos en todo tiempo; tus juicios los tienen muy lejos de su vista; a todos sus adversarios desprecia.»

David observa que los malvados siempre están en caminos torcidos y no tienen en cuenta los juicios de Dios. Se sienten invencibles y desprecian a cualquiera que se les oponga.


Versículo 6:

«Dice en su corazón: No seré movido; jamás me alcanzará el infortunio.»

Los malvados creen que nunca enfrentarán consecuencias por sus acciones. Se sienten seguros en su maldad y piensan que están fuera del alcance de cualquier problema o juicio.


Versículo 7:

«Llena está su boca de maldición, de engaños y fraude; debajo de su lengua hay vejación y maldad.»

David describe cómo los malvados usan sus palabras para maldecir, engañar y oprimir a los demás. Sus palabras están llenas de veneno, lo que muestra su verdadera naturaleza.


Versículo 8:

«Se sientan en acecho cerca de las aldeas; en escondrijos matan al inocente. Sus ojos están acechando al desvalido.»

Los malvados atacan a los más vulnerables, esperando el momento oportuno para hacer daño. Este versículo nos muestra la cobardía de los malvados al atacar a quienes no pueden defenderse.


Versículo 9:

«Acechan en oculto, como el león desde su cueva; acechan para arrebatar al pobre; arrebatan al pobre trayéndolo a su red.»

David compara a los malvados con leones que cazan a los débiles, mostrando cómo explotan a los más indefensos. Sin embargo, la imagen de la «red» también sugiere que ellos mismos pueden caer en la trampa que han tendido.


Versículo 10:

«Se encogen, se agazapan, y caen en sus fuertes garras muchos desdichados.»

Los malvados usan el engaño y la fuerza para atrapar a los inocentes. David sigue describiendo cómo los vulnerables son víctimas de aquellos que los explotan.


Versículo 11:

«Dice en su corazón: Dios ha olvidado; ha encubierto su rostro; nunca lo verá.»

Los malvados creen que Dios no ve sus actos malvados. Piensan que pueden escapar del juicio porque, según ellos, Dios no está prestando atención.


Versículo 12:

«Levántate, oh Jehová Dios, alza tu mano; no te olvides de los pobres.»

Aquí David clama a Dios para que intervenga y traiga justicia. Pide que Dios no se olvide de los oprimidos y actúe en su favor, mostrando la importancia de confiar en que Dios no está indiferente ante el sufrimiento.


Versículo 13:

«¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón ha dicho: Tú no lo inquirirás.»

David se pregunta por qué los malvados desprecian a Dios, pensando que no serán juzgados. Este versículo subraya la ceguera espiritual de quienes actúan con maldad y creen que no habrá consecuencias.


Versículo 14:

«Tú lo has visto, porque miras el trabajo y la vejación, para dar la recompensa con tu mano; a ti se acoge el desvalido; tú eres el amparo del huérfano.»

David asegura que Dios sí ve el sufrimiento de los oprimidos y que les dará justicia. Dios es el protector de los débiles, incluyendo a los huérfanos, y siempre actúa a favor de ellos.


Versículo 15:

«Quebranta tú el brazo del inicuo y persigue la maldad del malo hasta que no halles ninguna.»

David pide a Dios que destruya el poder de los malvados. «Quebrantar el brazo» significa quitarles su fuerza, mostrando que Dios tiene el poder para acabar con la maldad.


Versículo 16:

«Jehová es Rey eternamente y para siempre; de su tierra han perecido las naciones.»

David declara que Dios es Rey por siempre, y que, aunque las naciones malvadas se levanten, finalmente perecerán bajo el juicio de Dios. Nos recuerda que el reino de Dios es eterno.


Versículo 17:

«El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; tú dispones su corazón, y haces atento tu oído,»

David expresa su confianza en que Dios escucha el clamor de los humildes y oprimidos. Él responde no solo a sus necesidades, sino que también les da fortaleza en sus corazones.


Versículo 18:

«Para juzgar al huérfano y al oprimido, a fin de que no vuelva más a hacer violencia el hombre de la tierra.»

El salmo concluye con la certeza de que Dios traerá justicia a los huérfanos y oprimidos, y que pondrá fin a la violencia de los malvados. Es un mensaje de esperanza y justicia final.

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