«¿Alguna vez te has sentido rodeado de enemigos o enfrentado injustamente? El Salmo 35 es una oración de David, en la que pide a Dios que lo defienda de sus adversarios. Este salmo nos invita a acudir a Dios en busca de justicia y protección cuando enfrentamos oposición o injusticia. Acompáñame mientras exploramos cómo este salmo nos enseña a confiar en la intervención de Dios en nuestras batallas.»
Versículo 1
«Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden; pelea contra los que me combaten.»
David clama a Dios, pidiendo que luche en su favor contra sus enemigos. Nos enseña que, cuando enfrentamos injusticias, podemos pedir a Dios que sea nuestro defensor y que pelee nuestras batallas.
Versículo 2
«Echa mano al escudo y al pavés, y levántate en mi ayuda.»
David pide a Dios que tome Su escudo y lo defienda, como un guerrero protegiendo a su aliado. Esto nos muestra que Dios es nuestro protector en medio de las amenazas, cubriéndonos y brindándonos seguridad.
Versículo 3
«Saca la lanza, cierra contra mis perseguidores; di a mi alma: Yo soy tu salvación.»
David pide a Dios que levante Su lanza contra sus perseguidores y le asegure que Él es su salvación. Nos enseña que Dios es nuestra fuente de liberación y que en Él encontramos consuelo y seguridad.
Versículo 4
«Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan.»
David ora para que quienes buscan hacerle daño sean confundidos y derrotados. Nos muestra que podemos pedir a Dios que frustre los planes de aquellos que intentan perjudicarnos.
Versículo 5
«Sean como el tamo delante del viento, y el ángel de Jehová los acose.»
David pide que sus enemigos sean dispersados como el polvo por el viento. Este versículo refleja la certeza de que Dios puede deshacer a aquellos que nos persiguen, manteniéndonos a salvo.
Versículo 6
«Sea su camino tenebroso y resbaladizo, y el ángel de Jehová los persiga.»
David pide que el camino de sus enemigos sea oscuro y peligroso, y que el ángel de Dios los persiga. Nos enseña que Dios puede colocar obstáculos en el camino de aquellos que buscan hacer el mal.
Versículo 7
«Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo; sin causa cavaron hoyo para mi alma.»
David señala que sus enemigos han tramado injustamente contra él. Nos recuerda que a veces enfrentamos oposición sin motivo, y que podemos pedir a Dios que actúe cuando somos tratados injustamente.
Versículo 8
«Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa, y la red que él escondió lo prenda; con quebrantamiento caiga en ella.»
David pide que sus enemigos caigan en las trampas que ellos mismos han preparado. Nos muestra que el mal que planean contra nosotros puede volverse en su contra cuando confiamos en Dios.
Versículo 9
«Entonces mi alma se alegrará en Jehová; se gozará en su salvación.»
David declara que se alegrará en Dios cuando Él le dé la victoria sobre sus enemigos. Nos enseña que al experimentar la protección de Dios, nuestra respuesta debe ser la gratitud y la alegría en Su salvación.
Versículo 10
«Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, que libras al afligido del más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja?»
David reconoce a Dios como el único capaz de salvar al afligido y al necesitado. Este versículo nos recuerda que Dios es nuestro defensor, capaz de librarnos de quienes nos oprimen.
Versículo 11
«Se levantan testigos malvados; de lo que no sé me preguntan.»
David menciona que se le acusa injustamente. Nos muestra que, en momentos de calumnia o falsas acusaciones, podemos acudir a Dios en busca de ayuda y justicia.
Versículo 12
«Me devuelven mal por bien, para afligir a mi alma.»
David se lamenta de que, aunque ha hecho el bien, ha recibido mal a cambio. Nos recuerda que a veces somos tratados injustamente, pero que podemos pedirle a Dios que actúe en nuestra defensa.
Versículo 13
«Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; afligí con ayuno mi alma, y mi oración se volvía a mi seno.»
David recuerda cómo oró y se preocupó sinceramente por sus enemigos cuando estaban en dificultad. Nos enseña a actuar con compasión, incluso cuando otros no nos traten de la misma manera.
Versículo 14
«Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.»
David describe cómo se afligió por sus enemigos como si fueran familiares cercanos. Nos muestra la importancia de la empatía, incluso con aquellos que nos han hecho daño.
Versículo 15
«Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; se juntaron contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía; me despedazaban sin descanso.»
David lamenta que sus enemigos se hayan unido en su contra durante sus momentos difíciles. Este versículo refleja el dolor de la traición y el desprecio que podemos experimentar, pero también la importancia de llevar este dolor ante Dios.
Versículo 16
«Como lisonjeros, escarnecedores y truhanes, crujieron sobre mí sus dientes.»
David describe cómo sus enemigos lo atacaron con burlas y desprecio. Nos recuerda que, aunque enfrentemos burlas y críticas, podemos poner nuestra confianza en Dios.
Versículo 17
«Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Rescata mi alma de sus destrucciones, mi vida de los leones.»
David clama a Dios, preguntando cuánto tiempo permitirá que continúe su sufrimiento. Nos muestra que podemos pedirle a Dios que actúe en nuestra defensa y nos libere de las dificultades.
Versículo 18
«Te confesaré en grande congregación; te alabaré entre numeroso pueblo.»
David promete alabar a Dios públicamente cuando reciba Su ayuda. Nos enseña que debemos reconocer y agradecer a Dios por Su intervención y protección frente a otros.
Versículo 19
«No se alegren de mí los que sin causa son mis enemigos, ni los que me aborrecen sin causa hagan guiños de ojo.»
David pide que sus enemigos no se alegren de sus problemas. Nos enseña que podemos pedir a Dios que nos libre de la burla y el desprecio de quienes nos atacan injustamente.
Versículo 20
«Porque no hablan paz; y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas.»
David describe a sus enemigos como personas que planean maldad en lugar de buscar la paz. Este versículo nos recuerda que Dios está al tanto de las intenciones ocultas y de la injusticia.
Versículo 21
«Ensancharon contra mí su boca; dijeron: ¡Ea, ea, nuestros ojos lo han visto!»
David menciona las burlas y falsas acusaciones de sus enemigos. Nos enseña que, aunque otros nos acusen injustamente, Dios conoce la verdad y es nuestro defensor.
Versículo 22
«Tú lo has visto, oh Jehová; no calles; Señor, no te alejes de mí.»
David pide a Dios que no permanezca en silencio ante las injusticias que enfrenta. Nos muestra que podemos pedirle a Dios que actúe en nuestra defensa y que esté cerca de nosotros en la adversidad.
Versículo 23
«Muévete y despierta para hacerme justicia, Dios mío y Señor mío, para defender mi causa.»
David ruega a Dios que se levante y actúe en su defensa. Nos enseña que podemos confiar en Dios como nuestro defensor y pedir Su intervención cuando somos tratados injustamente.
Versículo 24
«Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío, y no se alegren de mí.»
David pide a Dios que lo juzgue con justicia y evite que sus enemigos se alegren de su sufrimiento. Nos muestra que debemos confiar en la justicia de Dios en todo momento.
Versículo 25
«No digan en su corazón: ¡Ea, alma nuestra! No digan: ¡Lo hemos devorado!»
David pide a Dios que no permita que sus enemigos se regocijen en su dolor. Nos enseña que Dios puede evitar que otros encuentren satisfacción en nuestras dificultades.
Versículo 26
«Sean avergonzados y confundidos a una los que de mi mal se alegran; vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.»
David pide que sus enemigos sean avergonzados y confundidos.
Nos enseña que podemos pedirle a Dios que frustre los planes de quienes buscan nuestra ruina.
Versículo 27
«Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa, y digan siempre: Sea exaltado Jehová, que ama la paz de su siervo.»
David pide que aquellos que apoyan su causa también alaben a Dios. Nos recuerda que podemos contar con el apoyo de la comunidad de fe y que Dios se deleita en los justos.
Versículo 28
«Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día.»
David promete alabar a Dios constantemente y proclamar Su justicia. Nos enseña que, en respuesta a la bondad de Dios, debemos dedicar nuestras palabras y vida a Su alabanza.
Oración del salmo 35
«Amado Padre celestial, hoy te pido que seas mi defensor, que pelees por mí en medio de las batallas que enfrento. Tú conoces cada dificultad y cada injusticia; por eso clamo a Ti, sabiendo que en Tu presencia estoy seguro. Sé mi escudo, mi roca y mi fortaleza en tiempos de angustia.
Señor, cuando enfrente acusaciones injustas o burlas, ayúdame a mantener mi confianza en Ti. No permitas que mis enemigos encuentren satisfacción en mis problemas, sino que ellos mismos encuentren Tu justicia. Que aquellos que buscan hacerme daño vean Tu poder y misericordia actuando a mi favor.
Gracias por escuchar mi clamor, por ser mi refugio en cada momento de angustia. Te pido que seas exaltado en mi vida y que todo el que esté a favor de mi justa causa pueda ver Tu justicia. Ayúdame a vivir de manera que, cada día, mi lengua hable de Tu bondad y Tu grandeza, declarando Tu alabanza.
En el nombre de Jesús, te entrego mis luchas y mi vida. Amén.»